martes, 20 de agosto de 2013

Censura en la literatura infantil

La literatura infantil, como ya hemos mencionado previamente, es un foco de interés de muchos especialistas que pretenden determinar de qué se trata y cómo apuntar de manera adecuada al público objetivo: el mundo infantil. "La literatura pensada para los niños, es decir, una literatura especialmente diseñada para ellos es algo desde el punto de vista histórico, reciente, y necesitó para su aparición que primero existieran los niños como “idea” en las mentes de los adultos" (Carranza, 2009).  Por lo tanto, dentro de este interés por 'determinar' qué es lo 'correcto', cabe considerar ciertos criterios para poder indicar qué se lee o qué no se lee: aparece el concepto de la censura, que podría vincularse al concepto de selección. ¿Qué seleccionamos? ¿Por qué se selecciona? 

"A pesar de que estas interrogantes no son fáciles de responder pues no existen fórmulas milagrosas, el éxito para potenciar los gustos lectores dependen en gran medida de la buena calidad de los libros. Los adultos tenemos el compromiso de ofrecer a los niños lo mejor que esté a nuestro alcance" (Hanán, 1998: 3)

Pero cabe cuestionarse los motivos de la selección de unos u otros y cómo determinar esa calidad que pretendemos que los niños puedan disfrutar: la temática, la forma, el tono cómo se desarrolla, la edición del libro, la fama del autor, etc. En este sentido de la selección de unos u otros libros, podemos señalar algunos libros que, por diversos motivos, han tenido problemas iniciales para su difusión llegando incluso a ser prohibidos o censurados, situación que muchas veces resulta a la inversa: la curiosidad del hombre por lo prohibido lleva a que dicho producto sea más cotizado y buscado por el público al cual se pretende que no llegue. 

Parece curioso que el famoso best seller de JK Rowling haya causado cierta polémica en Estados Unidos, donde la apoderada de un colegio en Atlanta haya pretendido prohibir ese libro, al considerarlo una historia que promovía la brujería, según comenta la página Tauzero http://www.tauzero.org/2006/12/intentan-censurar-a-harry-potter/). Es evidente que, para algunos adultos, ciertos temas no son aptos para la edad de los niños, lo que en gran medida contrasta con la libertad de pensamiento y de imaginación que pretendemos formar en estos nuevos lectores. De igual forma, podríamos ver que los Estados Unidos de América se convierten en un territorio de gente muy conservadora en cuando a lo que se lee: otro caso de censura corresponde a "Las Aventuras de Tom Sawyer" de Mark Twain, en el cual se alude a posibles contenidos racistas: ¿acaso el oficio de Tom de ser un bandido, mal visto por su actuar? ¿Acaso la asociación del indio Joe como un asesino y salvaje? Quizás por enseñar 'malas costumbres', que se alejan del contenido moral que se espera de un libro.  Los motivos de censura son bastante difusos, donde incluso existe obras cuestionadas por el uso de ciertas palabras 'ofensivas', según señala Gamero (2013). En este mismo sentido, y en una óptica más transgresora, la obra "Una luz en el ático" de la autora Shel Silverstein, es cuestionada por fomentar la desobediencia en las niñas, ya que según se interpreta de sus poemas, las niñas son motivadas a hacer lo que se les antoje sin considerar instrucciones de otros, según comenta Lorenzana (2012). 



¿Por qué la censura? Claramente, la limitación de ciertas lecturas responde al pensamiento imperante dentro de una época y a los conceptos tradicionalistas que algunos pretenden mantener pese al paso del tiempo. Si bien, es importante mantener la libertad del lector de escoger las temáticas que sean de interés, considero que es fundamental que exista un contexto adecuado para la lectura de ciertos libros. En definitiva, no se trata de censurar y eliminar un libro, porque la literatura en sí misma tiene la posibilidad de escribir de lo que sea y lo didáctico es solo una de las finalidades: educar a través de la literatura no es una tarea exclusiva. Por lo tanto, poder leer de todo siempre y cuando se cuento con el apoyo necesario para comprender el real sentido de un texto, entenderlo como texto ficticio y poder obtener un mensaje pertinente.

En consecuencia, podríamos decir que la censura responde a un sentido de protección exagerado, de pretender ocultar diferentes visiones de la realidad, las cuales tienen todo el derecho de ser publicadas y, por supuesto, escuchadas. Lo importante es dar cabida a las mismas dentro de un contexto pertinente, enfocada a un público con las competencias suficientes para poder comprender el mensaje de la manera correcta. 



Referencias 

Carranza, M. (2009). ¿Por qué la literatura es también para los niños? Disponible en http://www.imaginaria.com.ar/2009/12/%C2%BFpor-que-la-literatura-es-tambien-para-los-ninos/
 
Gamero, A. (2013). Libros infantiles absurdamente censurados. Disponible en http://www.lapiedradesisifo.com/2013/02/05/libros-infantiles-absurdamente-censurados/

Hanán, M. (1998). ¿Cómo elegir un buen cuento para niños? Algunas recomendaciones útiles. Caracas: Banco del Libro.

Lorenzana, B. (2012). Libros prohibidos: 7 casos de censura ridícula. Disponible en http://rincondelbibliotecario.blogspot.com/2012/10/libros-prohibidos-7-casos-de-censura.html

Twain, M. (2003). Las Aventuras de Tom Sawyer. Disponible en http://www.biblioteca.org.ar/libros/656398.pdf

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